
Una de mis canciones favoritas de Seru Giran es “Mientras miro las nuevas olas”. La primera vez que la escuché me quedé inmovil frente a mi minicomponente que hacía ruido cada que le apretaba el botón “reverse”.
Una y otra vez la escuché. A veces cerraba los ojos y sentía que estaba en la playa mirando el mar.
Con el tiempo entendí que la canción no hablaba del mar y la plata, sino de las distintas tendencias que llegan, marcan un nuevo hito o moda y pasan de largo cuando viene la próxima. Y cómo desde la playa se ven estas olas que rompen una tras otras.
De grande esta melodía volvió a mi cabeza mientras analizamos en Singularity University el caso de Kodak. Un profesor nos contaba como Kodak perdió su liderazgo en ventas de cámaras de fotos frente a la aparición de la fotografía digital. Es un caso conocido por todos cuando analizamos tecnologías disruptivas y en este caso vemos como la decisión de formar parte o no de este movimiento permitió que nuevos jugadores dominaran el mercado (hasta incluso cambiando el nombre de la categoría ahora llamada “cámaras digitales”).
Mientras analizábamos este caso pensé que cómodo que es ser Charly Garcia y estar viendo todo desde afuera, como rompe una ola detrás de la otra; ¡y que difícil que es dirigir una empresa! Donde toca liderar sin saber si la ola que viene es pura espuma o la tenés que surfear para no quedarte atrás.
Hoy las burbujas están de moda. Y también está de moda reconocer burbujas, es decir, señalar cuando algo es pasajero y está a punto de estallar.
Pero de repente vi esto:
- Sabores en el metaverso: un nueva interfaz que permite experimentar sabores en entornos virtuales (más info aquí)
- AR y VR en el futuro de la educación: como personas practican nuevas habilidades y generan experiencias en entornos completamente simulados (más info aquí)
- Experiencias sin dispositivos: nuevas pantallas que generan experiencias inmersivas sin necesidad de headsets (más info aquí)
A partir de estas noticias pensaba en el impacto que esto va a tener sobre los negocios, ¿cómo se van a adaptar las marcas gastronómicas a sabores 100% virtuales?, ¿cómo se debe responder a estos cambios si estás en gastronomía o en turismo?, ¿podrá un cocinero aprender a combinar ingredientes que no están disponibles en su país? Pero si generalizamos un poco más, las preguntas son: ¿Cuándo es el momento indicado para entrar en una nueva ola?, o bien, ¿cómo saber qué tendencia dejar pasar?
En la metáfora de Charly García lo único que no cambia es el mar y el observador, y esa es nuestra invitación: adoptar pensamiento estratégico frente al cambio permanente. En otras palabras buscamos: analizar patrones, identificar tendencias y tomar riesgo respecto a cuál es el mejor movimiento.
Hagamos un desglose:
- Analizar patrones significa observar que muchas burbujas juntas pueden hacer espuma y forman algo que es más que burbujas reventando. Se trata de detectar cuando hay señales tempranas en el mercado y diferenciar qué tendencias son pasajeras y cuáles tienen el potencial de cambiar la industria en la participamos.
- Identificar tendencias: se trata de entender como rompen las olas, cuanta espuma deja una ola después de que se va, y lo más importante: ¿que tamaño va a tener la próxima? En el idioma de los negocios, buscamos reconocer cuando distintos comportamientos están alineados bajo una misma dirección y nos pueden predecir algo de mayor relevancia o sustancia para tomar posición.
- Tomar riesgo respecto a cuál es el mejor movimiento: en nuestra metáfora, el que mira el mar no se moja, no se golpea ni tampoco surfea ninguna ola. Esa es la gran diferencia y es lo que buscamos al final de todo, saber cual es el mejor movimiento, que ola dejar pasar, que ola surfear y de subirnos, cómo saber cuándo saltar a tiempo.
Hoy el mundo de los negocios es un mar con olas que parecen romper sin sentido una atrás de la otra por eso los líderes de marketing necesitan de pensamiento estratégico. La innovación no es azar y sus consecuencias en negocios pueden ser catastróficas, ya sea por una mala apuesta o por permanecer inmóviles frente a una ola demasiado grande.
Un líder de marketing necesita de pensamiento estratégico para seguir estos pasos.
Existen dos formas en las que puede desarrollar esta habilidad de pensamiento estratégico. Podemos desarrollarlo mediante procesos de constante observación, como Charly frente al mar, o podemos adoptar herramientas que nos permitan analizar y aprender de cada ola mientras surfeamos. Estas son algunas de las herramientas que en conjunto y articuladas forman procesos de experimentación. Pero ese es otro artículo.
Si te gusto este articulo, tengo una buena noticia, es el primero de una nueva serie llamada Gran Angular: una serie donde exponemos pensamientos abiertos para líderes de marketing que buscan nuevas perspectivas.